En las noticias hablan todos los días de trombos y trombosis en relación con las vacunas. En este artículo voy a explicar en qué consiste un tromboembolismo pulmonar.
Una enfermedad que puede ser grave y que se puede prevenir.
Un tipo especial de trombosis que era bastante frecuente, sobre todo en pacientes hospitalizados. Hasta que se popularizó el uso de un anticoagulante inyectado para prevenirlo.
¿Por qué se producen? ¿Qué síntomas provoca? ¿Es grave? ¿Cuál es el tratamiento?
Si alguna vez has visto hematomas en la barriga a alguien ingresado, es seguramente por los pinchazos de heparina. Aquí va la explicación de por qué la usamos.
La circulación venosa
La circulación venosa se encarga de recoger la sangre desde los distintos rincones de nuestro cuerpo de vuelta al corazón. Parte de los fluidos también son drenados por otro sistema, que es el linfático. Pero vamos a centrarnos en las venas.
A diferencia de las arterias, las venas no laten. Cuando el corazón se llena, antes de cada latido, aspira sangre de la circulación venosa. Además, las venas cuentan con unas válvulas para evitar que la sangre retroceda. La musculatura, que va estrujando las venas, cuando caminamos, también empuja la sangre de vuelta al corazón. Y cuando llenamos el pecho de aire estamos succionando también sangre de nuestras venas hacia el tórax.
Estos mecanismos son los que empujan la sangre de vuelta y todos son importantes. La sangre venosa de la circulación general llega a la parte derecha del corazón, a través de la aurícula derecha. De ahí pasa a ventrículo derecho y a la circulación pulmonar, para oxigenarse y enviarse de vuelta a los órganos, a través de las cavidades cardíacas izquierdas y la aorta.
¿Por qué se producen los tromboembolismos pulmonares?
Cuando la sangre se remansa en la circulación venosa, puede formar pequeños coágulos. Estos coágulos se quedan pegados a la superficie de una vena. Pero pueden llegar a desprenderse y viajar por todo el sistema venoso hasta el corazón derecho. Siguiendo el camino anterior cruzan aurícula y ventrículo derecho.
Del ventrículo derecho sale la arteria pulmonar, con dos ramas, una para cada pulmón. Este sistema arterial se va ramificando, como un árbol, en vasos arteriales cada vez más finos. Cuando el trombo llega a una ramificación suficientemente estrecha se queda atascado, interrumpiendo la circulación.
Generalmente estos trombos viajeros suelen generarse en las venas de las piernas. Las causas son variadas: la obesidad, los anticonceptivos, el sedentarismo, cirugías que te inmovilicen mucho tiempo, que las venas se inflamen porque se han pinchado, o porque se les ha puesto un catéter, porque son venas enfermas que no funcionan bien, etc.
En definitiva, hace falta que se forme un trombo en la circulación venosa, que se desprenda y que viaje por las venas hasta la parte derecha del corazón, para después, impactarse en las arterias pulmonares.
¿Qué síntomas produce un tromboembolismo pulmonar?
Al interrumpir la circulación pulmonar provoca sensación de falta de aire, de manera brusca, siendo muy angustioso, aunque también puede ser más leve y pasar más desapercibido. Como aumenta de golpe la presión en la circulación pulmonar, por este atasco, puede doler el pecho. Porque el corazón derecho está empujando la sangre contra unas arterias pulmonares atascadas de trombos.
En casos graves, la interrupción brusca de la circulación pulmonar puede obstruir de forma importante al corazón derecho. Eso origina una pérdida de conocimiento brusca, junto con dolor fuerte en el pecho o falta de aire, como asfixia.
Si el trombo culpable se ha originado en una vena inflamada puede que nos notemos dolor en la zona de esa vena. A menudo duele una pantorrilla, se hincha, aumenta de temperatura y se pone roja. Otras veces puede que tengamos una variz, dura, como un cordón que se puede tocar. Corresponde con la vena inflamada donde se ha formado el trombo.
¿Cómo se diagnostica?
Los síntomas son clave, pero para confirmarlo va a hacer falta una prueba de imagen. Lo habitual es que se realice una prueba para ver las arterias pulmonares y detectar los trombos. Se hace mediante rayos X, con una tomografía computerizada, más conocida como TAC.
Hay otras pruebas intermedias que nos dan pistas, como la analítica, el electrocardiograma, ecocardiograma, etc. Si no podemos hacer la tomografía, porque no se pueda usar contraste o porque no se recomiende la radiación, como en el embarazo, se puede utilizar una prueba de imagen alternativa.
Es importante hacer el diagnóstico rápido, para iniciar tratamiento cuanto antes.
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento fundamental es un tipo de anticoagulante. En este caso se usan heparinas, que son fármacos que facilitan la disolución de los trombos sanguíneos. Estas heparinas pueden usarse inyectándose en la sangre, pero generalmente se utilizan pinchándose en la piel, en la grasa del abdomen. Se llaman heparinas de bajo peso molecular.
También son el tratamiento que se usa para prevenir estos trombos. En todos los pacientes hospitalizados que se prevé, van a estar encamados, se pinchan heparinas una vez al día para evitar que se formen coágulos que puedan originar un tromboembolismo pulmonar.
Otra estrategia para prevenirlo es combatir el resto de causas: la obesidad, la inmovilización prolongada, etc.
Si el tromboembolismo pulmonar es grave harán falta otras medidas, como administrar oxígeno o si dificulta mucho el vaciado del corazón derecho, pueden ser necesarias medidas más agresivas. Que generalmente se realizan en unidades de cuidados intensivos, como el uso fármacos para dar fuerza al corazón, respirador, fármacos para disolver el trombo, etcétera.
¿Es grave un tromboembolismo pulmonar?
Como siempre, depende. Hay algunos coágulos de este tipo que no se detectan porque no dan síntomas. Esto pasa cuando son trombos pequeños que ocluyen arterias muy pequeñas. En ese caso puede que den una fatiga leve que se atribuya a otro motivo.
A medida que la circulación pulmonar se va comprometiendo más y más el cuadro se hace más grave. No obstante, lo habitual es que se administren anticoagulantes y se disuelvan los trombos, sin dejar habitualmente secuelas.
Cuando la persona se va a su casa, suele seguir tratamiento con anticoagulantes orales, en pastilla, que son más cómodos porque no hay que pincharse.
En algunas personas, la trombosis en los pulmones puede lesionar de forma irreversible estas arterias pulmonares. Es como si los trombos nunca desapareciesen, aumentando la presión en la circulación arterial pulmonar. Esto se conoce como hipertensión arterial pulmonar y es una enfermedad grave que causa mucha fatiga y que es difícil de tratar.
En otras ocasiones, lo grave no es solamente el tromboembolismo pulmonar, sino su causa. En los pacientes con cáncer es mucho más frecuente la formación de coágulos en las venas y, por ende, el tromboembolismo. Desgraciadamente, muchos pacientes se diagnostican de cáncer a raíz de haber sufrido esta complicación.
Conclusiones
El tromboembolismo pulmonar es una enfermedad a menudo grave, que produce una alteración de la circulación pulmonar.
Se origina en las venas, habitualmente de las piernas, de personas obesas, con problemas de circulación venosa y que se movilizan poco. Una de las causas puede ser un cáncer.
En el hospital se usan heparinas inyectadas una vez al día para prevenir su aparición.
El tratamiento suele ser efectivo, pero pueden quedar síntomas a largo plazo. Es fundamental que se diagnostique rápido, para iniciar el tratamiento pronto y que no queden estas secuelas, como la hipertensión pulmonar.
8 respuestas
Me parecen muy interesante todos los artículos suyos, me gustan mucho y se lo agradezco.
Saludos
Gracias Manuel por comentar. Me alegro que sean de interés.
Yo estoy deseando vacunarme, pero por otra parte tengo algo de miedo porque a mí me duelen mucho las piernas.
Ya me hicieron ecografía y no vieron nada como para que me dieran.
Tengo que reconocer que mí vida no es muy activa actualmente ya que no hay actividades físicas por el covid.
Cuando doy un paseo largo, al día siguiente no puedo con mis piernas.
Me gustan y me interesan sus artículos.
Hola Toni. Te animo a seguir dando largos paseos. La actividad física tiene incontables beneficios y uno es sobre la enfermedad tromboembólica venosa, que es la que produce la mala circulación en las venas de las piernas y puede provocar trombosis venosa profunda y tromboembolismo pulmonar. Gracias por comentar.
Buenas noches Pablo.
Como siempre sigo tus comentarios y este en particular me siento identificado porque yo e tenido que superar una trombosis en la pierna derecha y me cambiaron el Adiro por Sintrom y dos pinchazos diarios de heparina y día gracias a Dios está todo superado y e vuelto al Adiro.
Me vacune el viernes con «» AstraZeneca «» el sábado lo pasé muy mal con 39 de fiebre y un dolor a la pierna derecha impresionante , pero hoy domingo no tengo ningún síntoma.
Muchas gracias Pablo.
Bravo por esa vacunación. Ya nos queda menos.
Buenas tardes, me gustaría que dedicases cuando sea oportuno un artículo dedicado a la enfermedad que conlleva la Hipertensión Arterial Pulmonar, y cuáles son los avances en el tratamiento de dicha patología.
Así mismo, si una vez diagnosticada por un ecocardiograma, quién consideras que debe ser el especialista idóneo para tratar al paciente, ¿un neumólogo o un cardiólogo?. O sería en todo caso un trabajo conjunto de ambas especialidades…
Muchas gracias por tu blog, tus artículos y tus libros, que nos informan y enseñan que nuestro corazón debe ser tratado con MUCHO cariño.
Un saludo…
Hola Rafael. Pues sí que es un tema interesante para una entrada. Como acepto peticiones la tuya no podía ser excepción. Atento al Blog que ya caerá.
Gracias y saludos