¿Cuál es la diferencia entre infarto y angina?

Muchas veces me preguntan ¿ha sido un infarto o una angina? Pero realmente, ¿cuál sería la diferencia entre infarto y angina?

Lo primero ¿Por qué se producen los infartos y las anginas?

¿En qué se distinguen? ¿Es más grave una cosa que la otra?

Ambas situaciones son manifestaciones de una enfermedad que se conoce como cardiopatía isquémica. Y su origen suele ser la arteriosclerosis de las coronarias.

En este artículo voy a intentar que te quede claro a qué llamamos infarto. Y qué queremos decir cuando hablamos de angina de pecho.

Aunque a veces, la diferencia entre infarto y angina no es tan importante.

¿Qué es la cardiopatía isquémica?

A las enfermedades del corazón las llamamos cardiopatías. Pueden ser de nacimiento, como las congénitas. Pero la mayoría son adquiridas a lo largo de la vida. Dentro de las cardiopatías adquiridas está la cardiopatía isquémica.

La causa principal de la cardiopatía isquémica suele ser el acúmulo de colesterol en las arterias coronarias

Si la causa es que llega poco riego sanguíneo, es a lo que llamamos cardiopatía isquémica. El corazón para funcionar requiere una determinada cantidad de energía y oxígeno. Si le llega menos, se va deteriorando. Ese deterioro que sufre porque llega poca sangre se conoce como isquemia.

Porque el corazón bombea energía y oxígeno para todo el cuerpo, a través de la sangre, pero él también necesita alimentarse. Lo hace a través de unas arterias que se llaman coronarias. Esas coronarias son la izquierda y la derecha. Y se encargan de repartir sangre por el músculo que compone nuestro corazón.

Al final, el corazón es como la economía de un país. Tiene unos gastos y unos ingresos. Si los ingresos que le llegan a través de las coronarias, no se adaptan a los gastos que tiene, aparece la cardiopatía isquémica.

¿Cuándo aumentan los gastos?

El corazón gasta más cuando late más deprisa. Por ejemplo ante un arritmia, con la fiebre, durante una operación, con el ejercicio físico, con una discusión, cuando estamos a gran altura y hay poco oxígeno, con ciertas drogas, etcétera.

También gasta más cuando el músculo está aumentado de tamaño, porque sea más grueso, como con la hipertensión, o es menos eficiente como en las personas sedentarias. Si el corazón está sobrecargado por una enfermedad en una válvula o por otra alteración, también consumirá más.

¿Cuándo disminuyen los ingresos?

La causa más frecuente es que las arterias nutrientes del corazón se estrechen. Eso ocurre porque crecen placas de colesterol dentro de ellas que las van ocluyendo. A ese proceso se le llama arteriosclerosis coronaria. Es el principal daño del colesterol en nuestras arterias.

Estas tuberías también pueden dañarse por agresiones externas. La radioterapia en el pecho por ejemplo. También por golpes muy fuertes o por una cirugía del corazón. A veces se ocluyen por trombos que viajan en la sangre, como en una fibrilación auricular.

Este aporte también puede empeorar si hay una anemia muy intensa. En ese caso viaja poco oxígeno en la sangre. También cuando hay una pérdida de sangre por una hemorragia fuerte. O si no llega a la presión suficiente. Generalmente esto pasa en situaciones graves.

Entonces a qué llamamos angina

Cuando se produce este desequilibrio entre los ingresos y los gastos el músculo del corazón sufre. Este sufrimiento del corazón se transmite a unos nervios que informan a nuestro cerebro. Pero lo que notamos es presión en el pecho y en el brazo izquierdo.

Porque las vísceras no duelen en el sitio. Por el tipo de nervios que tienen duelen en zonas distintas. El corazón duele en la zona del esternón, en el centro del pecho, pero también en la garganta, en la mandíbula. Otras veces el dolor está en las muñecas, en los codos, o en un solo brazo, generalmente el izquierdo.

La sensación de presión en la angina se distribuye por distintas zonas del cuerpo, fundamentalmente el centro del pecho

Además no duele como un golpe en un dedo. Más que dolor se nota presión, apretamiento o ahogamiento. Ni es una sensación tan localizada como el dolor de un golpe, sino que abarca una zona más amplia.

También es frecuente que se asocien a la presión otras sensaciones. Son frecuentes el sudor frío y las náuseas, como una descomposición grande de todo el cuerpo.

Al conjunto de sensaciones que tenemos cuando el corazón sufre un desajuste entre oferta y demanda es a lo que se conoce como angina de pecho. Estas sensaciones aparecen gradualmente y desaparecen también poco a poco. Normalmente no dura más de 15 ó 20 minutos como mucho.

Y a qué llamamos infarto

En la angina el músculo sufre y se produce una sensación desagradable. Pero la situación es reversible. Si la sensación no cede y pasa de los 25-30 minutos es posible que estemos ante un infarto.

Una zona del corazón en situación de déficit de riego, durante mucho tiempo, se muere y aparece el infarto

Un infarto se produce porque la situación de desequilibrio entre oferta y demanda se alarga en el tiempo. Esto hace que empiece a morir músculo. Como no le llega oxígeno ni alimentación suficiente el músculo aguanta de reservas un tiempo. De seguir mucho tiempo se muere.

A esta muerte de parte de nuestro corazón es a lo que se llama infarto. El infarto se detecta principalmente por los síntomas y porque en la analítica se empieza a alterar una parte que se llaman troponinas. Si aumentan los niveles de troponinas en la sangre a partir de un límite, a eso lo llamamos infarto.

¿Cuál es la diferencia entre infarto y angina?

La angina es un conjunto de sensaciones que tenemos cuando llega menos sangre al corazón de la que necesita, o necesita más de la que le llega. Pero en una angina de pecho no tiene necesariamente que haber un daño permanente en el corazón.

En los infartos esta situación es lo suficientemente larga o intensa para que el músculo se rompa y se detecten en la analítica troponinas. Un infarto por tanto, habitualmente lleva aparejada la angina, pero las anginas de pecho no tienen por qué acabar necesariamente en infartos.

Pero también hay infartos que no tienen angina, es decir, que no se notan. Son silenciosos, porque no dan los síntomas de la angina. Puede que sin tener nunca síntomas de angina te detecten un infarto antiguo, porque no dio síntomas.

Los infartos silentes son frecuentes en personas mayores, sobre todo en diabéticos, porque tienen alterados los nervios de la sensibilidad del corazón

¿Qué es más grave?

Generalmente tener un infarto. Porque implica que ya se ha muerto músculo. Aunque si el infarto se coge a tiempo y se repara la obstrucción puede que evolucione bien.

La gravedad se piensa que es una diferencia entre infarto y angina, pero esto puede ser relativo.

Si tenemos anginas de pecho de repetición pero las obstrucciones no se pueden reparar, aunque no lleguen a causarnos un infarto, va a ser una situación bastante complicada. Incluso más que tener un infarto puntual que se pueda tratar.

Esto le pasa a muchos enfermos que tienen obstrucciones por muchos puntos de sus coronarias y que además no se pueden reparar. En ese caso, puede incluso ser más grave estar así, que como la persona que ha tenido un infarto y no vuelve a tener síntomas, una vez reparada la obstrucción.

Conclusiones

El corazón se alimenta por las coronarias, manteniéndose un equilibrio entre la energía que gasta y la alimentación que le llega.

Cuando ese equilibrio se rompe el corazón sufre. Este sufrimiento se detecta por unos nervios que llevan al cerebro unas sensaciones que conocemos con el nombre de angina de pecho.

Si el músculo está mucho tiempo en déficit de aporte sanguíneo se puede morir. A la muerte de músculo se le llama infarto.

El infarto generalmente es más grave. Aunque la gravedad va a depender sobre todo de lo extenso que sea el infarto y de que se puedan reparar las obstrucciones que lo causaron.

Por tanto, la diferencia entre infarto y angina es que en el primero hay pérdida de músculo, aunque sea pequeña, y la angina puede o no, llevar aparejado infarto.

La angina es algo que nos notamos. El infarto podemos notarlo o no y además implica muerte de músculo.

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6 respuestas

  1. Muchas gracias por sus artículos, le leo con interés,
    Para el libro que desea publicar le digo algo que para mí es importante, la cantidad de azúcar que llevan las mermeladas, tomate frito comercializado, yoghour, etc.
    Hay mucha azúcar en muchos productos.
    Con mi agradecimiento por sus publicaciones, le saluda atentamente.
    Justo Castellano.

    1. Grande Justo. Precisamente de eso hablo en un artículo del libro, llamado 0% materia grasa. Hago referencia a una señora que no entiende como su salud es mala y como engorda si toma todo sin grasa. Y la clave la ha mencionado usted, poca grasa sí, pero muchísimo, demasiado azúcar.

    1. Hola Denny. La aspirina es un antiagregante plaquetario. Se usa en personas que ya hayan sufrido algún episodio de trombosis.
      El losartán es un antihipertensivo de los muchos que hay. Ayuda si logra su objetivo, que es mantener la presión arterial por debajo de 140/90 mmHg.
      La estrategia fundamental para control es una dieta sana y ejercicio físico diarios. Los medicamentos ayudan, pero no lo son todo.

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